¿Una nueva época dorada para el Survival Horror?

La industria de los videojuegos es uno de los medios del entretenimiento más lucrativos del mundo, y un género que atrae a muchas personas es el survival horror, un subgénero centrado en la supervivencia del personaje en entornos hostiles que el jugador no puede controlar, con amenazas constantes y situaciones sorpresivas para poder asustarlo.

Algunos de los juegos que salieron hace más de diez años siguen muy presentes en los recuerdos (o pesadillas) de muchos jugadores, quienes en su día jugaron títulos como Resident Evil (1996), Silent Hill (1999), Fatal Frame (2001) y otros.

Sin embargo, pese a haber gozado de una edad de oro inolvidable, el cambio de tendencias y la creciente demanda de los juegos cooperativos relegaron las franquicias de terror. Aun así, en el año 2023, el género vuelve a tener esperanza gracias a los remakes.

¿Qué son los remakes?

La idea central de modernizar videojuegos antiguos es llevarlos a las generaciones actuales de consolas y de jugadores. Para esto, las desarrolladoras han tenido tres opciones para hacerlo: remakes, remasters (remasterizaciones), y reboots.

Remakes

Un remake es una nueva versión de un videojuego antiguo con un sistema de juego actualizado y gráficos de nueva generación y más atractivos.

Como su nombre sugiere, se trata de "volver a hacer" el juego desde cero, pero manteniendo la esencia de la versión original.

Remasters

Otra forma de traer de vuelta un videojuego es con una remasterización.

A diferencia de los remakes, las remasterizaciones mejoran solamente el aspecto técnico del juego para que tenga mejores texturas, modelos, audio, gráficos, y se renderice mejor. Del resto, todo queda igual.

Reboots

También están los reboots, que consisten en relanzar una franquicia con una nueva historia y estilo, pero preservando sus mecánicas más importantes y características. Uno de los casos más exitosos es sin duda el de Tomb Raider que volvió en 2013 gracias a Crystal Dynamics para contar los orígenes de Lara Croft. 

Estos temas suelen dividir a los fanáticos de los videojuegos, ya que algunos de los intentos de traer de vuelta a viejos clásicos no tienen el éxito esperado. Muchas veces, la razón son las libertades creativas de las casas productoras hacia los estudios, o en ocasiones por las nuevas restricciones de las propias productoras. Por ejemplo: Conker: Live and Reloaded y Resident Evil 3. 

Sin embargo, últimamente los desarrolladores parecen haber escuchado a los fanáticos, y han puesto especial atención en los detalles para modernizar las mecánicas de los juegos viejos sin alterar la historia original.

Resident Evil 2: el regreso al terror

Uno de los títulos que revivió los juegos de horror de las grandes desarrolladoras fue sin duda Resident Evil 2 (2019), el remake del juego del mismo nombre que se lanzó originalmente en 1998. Su anuncio creó muchas expectativas y miedo sobre lo que podría ocurrir. Sin embargo, el remake fue un éxito absoluto.

A diferencia de la versión original, basada en escenarios precargados y un control del personaje más lento, entre otros aspectos, el remake de Resident Evil 2 presenta un juego en tercera persona con entornos más realistas y completamente tridimensionales donde los personajes se mueven con mayor libertad.

Después de Resident Evil 2, Capcom publicó el año siguiente Resident Evil 3, el remake de Resident Evil 3: Nemesis (1999). Aunque este juego también fue bien recibido, hubo críticas sobre lo corta de su historia principal y aspectos de la versión original que fueron excluidos.

Capcom aprendió de sus errores con esta entrega a la hora de preparar Resident Evil 4 (2023), que en poco tiempo se convirtió en un nuevo ejemplo de un buen remake gracias a su fidelidad a la historia original, sin dejar de lado cambios de jugabilidad y de construcción de personajes que refrescaron la experiencia.

Horror espacial en Dead Space

Uno de los juegos más esperados de este año fue el remake del primer Dead Space, ya que la franquicia había quedado congelada después del fracaso de su tercera entrega en 2013.

Un cambio de directivos en esa época generó un quiebre en la identidad de la marca, con la inclusión de contenidos descargables (DLCs) para completar la historia principal y pasar de ser un juego de horror a uno de acción con elementos de horror.

Después de eso, la reputación de EA no ha mejorado mucho, puesto que sus juegos han pasado a ser criticados por sus microtransacciones.

Por suerte, la empresa parece haber escuchado los reclamos de la comunidad hacia la tercera entrega de Dead Space y puso especial atención a los detalles en el remake del primer juego de la franquicia. El resultado fue una adaptación bien recibida por los conocedores de la franquicia y los nuevos jugadores, convirtiéndose en uno de los juegos más esperados de principios de año.

¿Qué nos depara Silent Hill?

El año anterior se anunció el remake de uno de los juegos más importantes del género de terror: Silent Hill 2, que salió originalmente en PS2 y Xbox en 2001. El remake usará el motor gráfico Unreal Engine 5.

El trabajo estará a cargo de Bloober Team, responsables de juegos como Blair Witch y The Medium. Además, está confirmado que se ampliará el mapa de la ciudad con nuevas zonas para explorar e interactuar.

El futuro del survival horror

Aunque “depender del pasado para asegurar el futuro” puede ser cuestionable, lo cierto es que traer juegos del pasado resulta algo muy rentable, ya que jugar con la nostalgia parece beneficiar a la industria. Además, están llegando nuevas franquicias que están recobrando terreno para el género con títulos como Madison, Amnesia: The Bunker, Alan Wake 2 y Layers of Fears.

El terror es un género clave en el sector de los videojuegos y de las experiencias inmersivas, pues el jugador no solo ve lo que ocurre en el juego mientras controla el personaje, sino también, muchas veces, se sumerge en la atmósfera y experimenta el suspenso de primera mano. Con las innovaciones tecnológicas de la realidad extendida (realidad virtual, mixta y aumentada), el género puede renovarse en los próximos años para ser tan relevante como alguna vez fue.