Scroll infinito: ¿Usabilidad o software adictivo?

Llevamos más de dos décadas viviendo una acelerada adopción tecnológica que parece ir más rápido que todo lo demás que nos rodea. Las apps son cada vez más completas y agradables, lo nuevo genera mayor deseo y la conectividad a Internet crece en velocidad y usuarios año tras año.

A medida que nuestra experiencia con los productos digitales se vuelve más madura y exigente, las compañías tecnológicas trabajan arduamente por detectar (o crear) nuevas necesidades y presentar funciones adaptadas a ellas, todo con el fin de generar mayor rentabilidad. Tal es el caso del scroll infinito.

¿Qué es el scroll infinito?

Para Nielsen Norman Group, el scroll infinito es un estilo de diseño de contenido en listados que carga la información continuamente a medida que el usuario se desplaza verticalmente. Elimina la necesidad de paginación, es decir, de dividir el contenido en varias páginas.

Cuando navegas en una aplicación con scroll infinito, estás deslizando tu pantalla verticalmente para ver nuevo contenido mientras bajas, por lo que no es necesario recurrir a acciones como pulsar un botón para que aparezca nueva información.

Scroll infinito vs Paginación

Si eres una persona acostumbrada al scroll infinito, es posible que te cueste reconocer lo que es la paginación, así que hablemos de eso.

Mientras que el scroll infinito te permite navegar en una lista infinita de contenidos, la paginación se asemeja más a leer un libro, donde debes ir de una página a otra. Cada página contiene un número específico de contenidos que permite que sean divididos en partes iguales hasta cubrir toda la existencia.

Aunque el scroll infinito ha tomado una gran relevancia en los últimos años, en principio por el auge de los teléfonos móviles, aún podemos ver diseños con paginación por todo Internet.

El origen del scroll infinito

Este formato fue creado por Aza Raskin en 2006, un diseñador de experiencias de usuario, mientras trabajaba en Humanized. Ese año, Raskin estaba haciendo una búsqueda en Google y se sintió frustrado por el tipo de navegación entre páginas.

Ante ese sentimiento, creyó tener la solución para que fuese más fluida: ¿qué pasa si el nuevo contenido se va cargando automáticamente mientras llegas al final de la página?

De esta forma, decidió desarrollar este estilo, lo que permitió que se le conociera como el padre de este patrón de diseño, ahora utilizado en plataformas como TikTok, Instagram, Netflix, Spotify y muchas más. "No obligues al usuario a pedir más contenido. Simplemente dáselo", escribió en su blog en 2006.

De innovación a adicción

Se podría decir que Aza Raskin tuvo una buena intención inicial al presentar un diseño que ofrece una mayor fluidez, lo que se traduce en mayor satisfacción para los usuarios, sin embargo, las consecuencias fueron más allá de lo esperado. Al día de hoy, reconoce que "no siempre optimizar algo para que sea más fácil de usar es lo mejor para la humanidad".

Desde la aparición de esta propuesta, los usuarios de productos digitales como aplicaciones móviles o paginas webs parecen estar mucho más sumergidos en las pantallas, haciendo que incluso sea difícil parar de scrollear por su componente intuitivo.

Es un cambio que indudablemente juega un papel importante, ya que aumenta la retención y reduce la tasa de abandono, y eso significa mucho en tiempos donde se compite ferozmente por nuestra atención.

"El scroll infinito no le da tiempo a tu cerebro de ponerse al día con tus impulsos, así que solo sigues haciendo scroll”.
– Aza Raskin.

Las Big Tech trabajan diariamente con el objetivo de no solo de ofrecer lindos y útiles productos digitales a los que deseamos dedicar tiempo, sino también de generar nuevos hábitos de consumo que produzcan mayores ganancias para ellos. Además, la diversidad de plataformas hace que todas quieran ser las preferidas del público. Esta búsqueda puede explicarse desde lo que conocemos como economía de la atención.

La economía de la atención

Nuestra atención es limitada y la industria tecnológica lo sabe. Antes, el acceso a la información era un problema. Luego, pasó a ser el exceso de ella. Como dice el Nielsen Norman Group: hoy la atención es el factor limitante, no la información.

Este término refleja la naturaleza de los tiempos actuales, caracterizados por la sobreinformación y la atención escasa. Estos retos han obligado a las compañías a ser cada vez más astutas y desarrollar modelos de dependencia para ampliar el alcance de sus principales clientes: los anunciantes.

El juego de cosechar la atención humana y de revendérsela a los anunciantes se ha convertido en una parte fundamental de nuestra economía.
– Comerciantes de atención, Tim Wu.

Para evitar que los usuarios cambien frecuentemente de una aplicación a otra y la visualización de anuncios sea cada vez más efectiva, cada plataforma debe contar con una estrategia que muchas veces como usuarios no reconocemos, y que son pensadas para mantenernos dentro.

Una de ellas es el scroll infinito, por su gran capacidad de hacernos permanecer en una misma tarea por minutos, e incluso horas. En la vida real, sería como entrar a una tienda de ropa y que, a los minutos, los encargados oculten la puerta para que veas todos los productos posibles antes de lograr salir.

Tristan Harris, ex-empleado de Google y especialista en ética de la tecnología trata de forma interesante este tema en "Cómo romper el negocio basado en nuestra atención de las Big Tech", publicado en el MIT Technology Review.

En unas líneas que van desde lo crítico hasta lo reflexivo sobre nuestra relación con la tecnología y la atención, describe el modelo de mercantilización como uno que deforma la psique colectiva y ha llevado a la creación de visiones más estrechas y locas del mundo.

Basado en su experiencia, comenta que los algoritmos de las redes sociales "clasifican tuits, publicaciones y grupos para determinar cuál tendrá una mayor interacción y cuál generará el mayor impacto emocional".

Las emociones fuertes como la ira, el disgusto y la rabia, hacen que los usuarios se sientan más involucrados con el contenido. Por lo tanto, aquel de mayor impacto (el negativo) suele ser compartido más que el resto, lo que produce mejores resultados para la compañía desarrolladora.

Esto podría explicar por qué el odio y la desinformación en redes sociales aún no es combatido de una forma correcta, y más que reducirse con el tiempo, parece aumentar, aún más con la llegada de la Inteligencia Artificial Generativa a todo el público.

Durante años, YouTube recomendaba vídeos que promueven la anorexia a las adolescentes que veían vídeos sobre "dietas" (...) Las noticias y los sistemas de recomendación como este, han creado una espiral descendente de negatividad y paranoia, desvinculando lentamente la percepción de la realidad de miles de millones de personas.

La psicología detrás de nuestras interacciones

Las investigaciones muestran que los usuarios dedican más de dos horas diarias en redes sociales, una estadística liderada por África y Latinoamérica. Durante este tiempo, cada persona se enfrenta a plataformas diseñadas para ser constantemente estimulantes. No solo las compañías, sino también sus usuarios compiten y crean contenido atractivo, pensado y ejecutado para llamar la atención.

Cuando nos desplazamos por nuestro feed y vemos cosas que nos interesan, nuestro cerebro recibe una dosis de dopamina, una sustancia química que se asocia con el placer y la recompensa. Esto nos hace sentir bien y nos motiva a seguir desplazándonos. El scroll infinito hace que esta dopamina nunca tenga punto final al no consultarte si quieres seguir viendo contenido, así que te motiva a continuar.

"Es como si estuvieran tomando cocaína conductual y la rociaran por toda la interfaz, y eso es lo que te mantiene con ganas de regresar una y otra vez” comentó Aza Raskin en una entrevista para BBC en 2018.

"La unidad de algo"

La psicología afirma que, como humanos, creemos que la cantidad que nos ofrecen de algo es la correcta, y por esa razón no paramos hasta terminarla. Cuando navegamos en una app o sitio web, queremos llegar hasta el final en búsqueda de una recompensa que, con el scroll infinito, queda claro que no existe.

Es este ciclo de estimulación y recompensa impulsado por la dopamina de ver nuevo contenido personalizado tan rápidamente lo que da paso a la procrastinación y crea la adicción a las redes sociales. Los especialistas han llegado a relacionar estos productos con una maquina tragamonedas por varias razones:

• Hay incertidumbre sobre el video o la publicación que aparecerá al actualizar, así que se vuelve interesante intentarlo siempre una vez más. Nunca sabes qué te esperará.
• La recompensa es aleatoria, puede ser un contenido que te atrape o alguna interacción como un like o un nuevo seguidor.
• Cuando el contenido no se adapta a ti, es posible que sigas desplazando hasta conseguir algo que te haga sentir bien o te impulse a compartirlo. Esta es una tarea desafiante que te absorbe hasta obtener la recompensa.

¿Cómo cambiar la adicción?

El scroll infinito ha sido considerado por distintos especialistas del diseño de interfaces como un patrón oscuro por los efectos negativos que genera en los usuarios de los productos digitales, un impacto que va más allá de la propia juventud y la generación Z.

Numerosos estudios, principalmente del mundo de la psicología, se han encargado de visibilizar una problemática que ya es tan parte de nosotros que cuesta reconocerla. Dentro de este debate, la ética es clave. ¿Hasta qué punto podría ser esta una función que sume a la experiencia del usuario (UX) sin perjudicar su realidad?

Hay aplicaciones, como el caso de TikTok, que han implementado funciones para el descanso de tiempo en pantalla. Al activarlas, puedes programar recesos después de cierto tiempo de uso en una misma sesión. Sin embargo, siguen estando lejos de atender el verdadero problema.

La propuesta de la Unión Europea

Desde el punto de vista de las regulaciones, a finales del 2023 evidenciamos uno de los avances más importantes hasta la fecha. Sí, nuevamente protagonizada por Europa.

El Parlamento Europeo, en sesión plenaria de diciembre del pasado año, aprobó una resolución titulada "Reglas europeas para combatir la adicción digital", donde sus representantes pidieron prohibir técnicas que lleven a la adicción como el scroll infinito y la reproducción automática, una versión parecida vista en plataformas de video y streaming como YouTube y Netflix.

De esta forma, también acordaron "que las compañías deben estar obligadas a desarrollar productos y servicios digitales éticos «por defecto», sin patrones opacos ni diseño engañoso o adictivo".

Cabe resaltar que el documento reconoce que las redes sociales tienen efectos positivos en la sociedad, pero no dejan de tener en cuenta que el diseño adictivo tiene consecuencias en la salud física y psicológica de sus usuarios, lo que también puede provocar daños materiales para ellos.

Se espera que el trabajo de la Comisión Europea en esta materia continúe y actualice algunas leyes de protección de consumidores en el mundo digital. Mientras tanto, el debate sobre los efectos de este tipo de diseño debe ampliarse en todo el mundo, despertando interés y consciencia que conduzcan a una mejor relación de la humanidad con la tecnología.

En la actualidad, numerosas son las organizaciones sin fines de lucro, instituciones y comunidades comprometidas en este trabajo, al que nos sumamos y creemos que tomará mayor importancia con el tiempo.