Biografías Tech: Sam Altman
Por estos días todos conocemos OpenAI, la empresa que desarrolló ChatGPT y puso de moda la inteligencia artificial, pero si hay algo más interesante que ChatGPT y OpenAI es la historia de su fundador, Sam Altman.
Un joven de 38 años con un currículum que poco tiene que envidiarle a los dinosaurios de Silicon Valley, Sam es todo lo que te puedes imaginar: un genio fanático de la inteligencia artificial, la energía nuclear, las criptomonedas y por si fuera poco, un paranoico del fin del mundo.
Creciendo en el Medio Oeste de los Estados Unidos
Sam nació y creció en St. Louis, Missouri, una ciudad no muy grande y que pasa totalmente desapercibida en todo el territorio de los Estados Unidos.
Desde pequeño, Sam se interesó en la tecnología; aprendió a programar e incluso a armar y desarmar una Macintosh cuando tenía solo 8 años. Su infancia no fue la más sencilla, pues como él dice, “ser gay en un el Medio Oeste no es lo más increíble”.
A la edad de 10 años, Sam declaró abiertamente su gusto por personas del mismo sexo, esto luego de que un grupo cristiano boicoteara una actividad de su escuela donde hablaban de la sexualidad. En su momento, generó un gran impacto en su comunidad, que impulsó a muchas personas a abrirse respecto a estos temas.
Su brillantez lo llevó a estudiar en la Universidad de Stanford, pero sí, esta es una historia más de...
Dejar la universidad para perseguir algo más grande
En el 2005, un Sam Altman de tan solo 19 años se dio cuenta de que la universidad no era lo suyo y, junto a sus dos mejores amigos, decidieron abandonar y dedicarse a trabajar a tiempo completo en su propio proyecto: Loopt.
Loopt fue de las primeras redes sociales en usar tecnología de geolocalización. Los usuarios podían compartir su ubicación con amigos y así conocer nuevas personas, o recibir recomendaciones de lugares o eventos a los que asistir.
La idea era bastante revolucionaria, y llevó a Loopt a formar parte del primer grupo de startups que recibieron financiamiento de una recién nacida Y Combinator.
La empresa alcanzó un valor máximo de $175 millones, pero la idea no terminó de tener la adopción masiva que esperaban y finalmente decidieron vender Loopt en 2012 por unos $45 millones.
Ahora, con un importante capital, empieza una nueva etapa para la vida de Sam.
Inversionista de riesgo en Y Combinator
Con el dinero recaudado en la venta de Loopt y una inversión recibida por el millonario Peter Thiel, Sam fundó Hydrazine Capital y se dedicó a invertir en empresas de Y Combinator.
Su gran participación en estas rondas, su actitud y ganas de innovar, acercaron a Sam a convertirse en el elegido por el fundador de Y Combinator, Paul Graham, para ser el nuevo Presidente del grupo en 2014.
En este momento, Sam tenía solo 28 años y esta decisión lo puso en boca de Silicon Valley y los medios en general. Fue portada de Forbes y apareció en la lista Forbes 30 Under que recopila a las personas más influyentes del mundo con menos de 30 años.
Una vez establecido como presidente, Sam ayudó a Y Combinator a convertirse en lo que es hoy. Según Mark Andreessen, cofundador de la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz, con Sam Altman “el nivel de ambición de Y Combinator se multiplicó por 10”.
El verdadero Sam Altman
Durante su periodo como presidente de YC, descubrimos el verdadero potencial de Sam, un joven que ve cosas que muchas personas no y que sin duda es un adelantado a su tiempo... ¿O tal vez solo tiene miedo al fin del mundo?
En una entrevista con el diario The New Yorker, Sam confesó que está preparado para sobrevivir y advirtió a todos sobre un virus sintético letal o una IA que ataque a los humanos. Él ya tiene su propio búnker con armas, oro, yoduro de potasio, antibióticos, baterías, agua, máscaras de gas y una gran extensión de tierra, pero intenta no pensar mucho en eso.
Esto tal vez nos ayude a entender la razón por la que Sam invierte en empresas que se salen de lo tradicional y se enfocan en el futuro o resolver los problemas que este trae para la humanidad:
- Helion Energy (energía de fusión nuclear).
- Moonshot (apoyar proyectos de investigación para resolver problemas globales).
- OpenAI (desarrollar inteligencia artificial segura).
- Worldcoin (proyecto que busca brindar acceso global a las criptomonedas).
Hola OpenAI, adiós Y Combinator
En 2015, junto a Elon Musk, Sam Altman fundó OpenAI. Como lo explicó en la presentación de la empresa, OpenAI nació para “evitar que la inteligencia artificial acabe con los humanos”. En una conversación con Musk discutieron qué era mejor: quedarse al margen y ver cómo esto sucedía o crear una estructura de investigadores que se preocupen por evitar el problema.
La empresa recaudó $1.000 millones en su primera ronda de financiación y desde entonces empezaron a trabajar para garantizar que la IA se desarrolle de forma adecuada y segura.
En 2019, Sam renunció a su cargo en Y Combinator para enfocarse de lleno en OpenAI. En ese momento, la empresa pasó de ser una organización sin fines de lucro a una con “ganancias limitadas”. Esto la impulsó a obtener una importante inversión de $1.000 millones por parte Microsoft, un dinero que fue destinado al desarrollo de modelos de procesamiento de lenguaje natural.
En 2021, ese trabajo nos dio la primera herramienta famosa de OpenAI: el generador de imágenes a partir de texto, Dall-E, pero fue en 2022 cuando llegó el golpe sobre la mesa: ChatGPT.
ChatGPT se convirtió en el mejor debut de cualquier producto en Internet, alcanzando el millón de usuarios en solo 5 días. Este boom llevó a Microsoft a hacer una nueva inversión en OpenAI. Esta vez no conocemos las cifras oficiales, pero se especula que fueron +$10.000 millones.
Se puede decir que OpenAI marcó el inicio de una nueva etapa en la humanidad. La era de la inteligencia artificial está ante nosotros y curiosamente el joven que cambió la forma de pensar de una pequeña ciudad del Medio Oeste, ahora lidera el cambio más importante de la sociedad.
Salida de OpenAI y un nuevo comienzo en Microsoft
El 17 de noviembre de 2023, OpenAI emitió un comunicado totalmente inesperado donde anunciaba que Sam Altman dejaría su cargo como Director Ejecutivo y sería sustituido por Mira Murati, además también dejaría su cargo como miembro de la Junta Directiva.
OpenAI aseguró en el comunicado, que luego de una investigación interna, salió a la luz que Altman no fue consistente en sus comunicaciones con la Junta Directiva, lo que obstaculizó su capacidad para ejercer sus responsabilidades. Estos problemas resultaron en que la Junta Directiva ya no confíe en las capacidades de Sam Altman para estar al frente de OpenAI.
En el comunicado resaltan que OpenAI se fundó con el objetivo de garantizar una inteligencia artificial segura que beneficie a toda la humanidad y la Junta Directiva sigue plenamente comprometida con cumplir los valores y objetivos iniciales de la empresa.
Horas después del comunicado, arrancó una serie de eventos en OpenAI dignos de una novela.
Greg Brockman (Presidente y cofundador de OpenAI) presentó su renuncia a la empresa alegando que no estaba contento con la decisión que tomó la Junta Directiva de despedir a Sam Altman.
Luego, un gran número de trabajadores mostraron su descontento y amenazaron con dejar OpenAI si no se restauraba a Altman como Director Ejecutivo. Con esta presión, la Junta Directiva empezó las negociaciones con Sam Altman para que volviera a la empresa.
Sam Altman contaba con el apoyo de dos miembros importante en la Junta Directiva, Mira Murati (Directora Ejecutiva Interina) y Brad Lightcap (Director de Operaciones), pero finalmente la Junta Directiva decidió cerrar las puertas al regreso de Altman.
El 19 de noviembre por la noche, OpenAI presentó a Emmett Shear (ex Director Ejecutivo de Twitch) como su nuevo CEO. Y horas más tarde, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, anunció que Sam Altman y Greg Brockman se unirían a su empresa para liderar un nuevo equipo de investigación de inteligencia artificial.
Este nuevo equipo estaría conformado por varios empleados y directivos que renunciaron a sus cargos en OpenAI.