Rachas en Internet: ¿Por qué nos duele perderlas?
por Isaac Fernández profile image Isaac Fernández

Rachas en Internet: ¿Por qué nos duele perderlas?

Una mirada al impacto psicológico de las rachas y la adicción en nuestros días.

Desde la racha moral con alguien querido en TikTok hasta las conexiones constantes en Snapchat, la gamificación cada vez permite que más principios psicológicos sean aprovechados por las empresas tecnológicas para mantenernos comprometidos con sus productos.

Estos comportamientos generan constancia en los usuarios e impactan exponencialmente en métricas de negocio, como usuarios activos diariamente (DAU) y la frecuencia de uso, que hacen de los contenidos digitales algo cada vez más rentable. Aprendamos más del efecto que tienen en nosotros.

La gamificación, la base de todo

En los últimos años, la gamificación ha pasado de ser un camino opcional a convertirse en una estrategia que no puede quedar fuera del diseño de producto.

La gamificación se refiere al proceso de tomar elementos de diseño de juegos (como recolectar insignias, dividir una tarea en niveles más pequeños) e incorporarlos en actividades de aprendizaje. (Reinhardt y Sykes, 2014).

El término fue acuñado en 2002 por Nick Pelling, un diseñador de videojuegos británico, quien al inicio buscaba aplicar mecánicas de los juegos a entornos comerciales. Sin embargo, con la aparición de aplicaciones como Foursquare, en 2009, estas técnicas empezaron a ser mucho más importantes.

Foursquare hizo divertido compartir información valiosa y recomendaciones de experiencias en las ciudades. Aplicaron una tabla de clasificación, monedas, insignias y la oportunidad de ganar el título de alcalde de su lugar favorito, siendo una de las razones por las que atrajo a tantos usuarios y por lo que se convirtió en un caso de ejemplo para la industria.

Ejemplo de la experiencia gamificada de Foursquare.

La influencia de los videojuegos

Un jugador de videojuegos tiene distintas rachas en su jornada diaria. Puede recibir premios por iniciar sesión cada 24 horas, como también puede sumar rachas al eliminar enemigos de forma continua. Hay cientos de combinaciones dentro del ecosistema que lo motivan a permanecer y superarse cada vez.

En este punto de la historia, hay distintas generaciones que han crecido con videojuegos y sistemas gamificados desde los primeros años de su vida, moldeando sus modelos mentales. Especialmente los millenials y la generación Z.

Un estudio realizado para la Conferencia sobre Factores Humanos en Sistemas Informáticos (Canadá, 2018) analizó cómo los jugadores de League of Legends perciben y reaccionan ante las rachas, evidenciando que tanto las rachas negativas como las positivas pueden causar sensaciones de pérdida de control que ameritan mayor autocuidado.

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League of Legends es uno de los juegos de estrategia más populares, siendo incorporados dentro de lo que conocemos como deportes electrónicos o eSports.

Desde esta perspectiva, la racha se convierte en un número que nunca queremos que acabe y siempre sea mayor. Al fin y al cabo, nadie quiere sentir que estuvo cerca de lograr algo y al final no lo consiguió. En la actualidad, estas técnicas están presentes en las redes sociales y también trae consigo efectos negativos, especialmente para los adolescentes y adultos jovenes.

Según Cliff Lampe, profesor de la Universidad de Michigan, en este contexto, los objetivos comunes del uso de la gamificación son incitar a los usuarios a pasar más tiempo con productos digitales, generar más contenido y, a través de sus conexiones sociales, alentar a otros usuarios a hacer lo mismo.

Desde la perspectiva de Lampe, estos entornos moldean y son moldeados al mismo tiempo que la arquitectura de los entornos informáticos interactúa con nuestros procesos sociales. Así se replican no sólo interacciones offline, sino también se crean nuevas formas de socializar.

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Aunque las rachas no son el único tipo de gamificación que existe, hay que reconocer la técnica como una de las más exitosas para mejorar la retención.

El poder de nuestra mente

Una racha que nos mantiene comprometidos con un juego o un chat eleva automáticamente el tiempo que le dedicamos a una app. Si a eso le sumamos el hecho de tener distintas rachas, parece ser que no hay escape entre los algoritmos predictivos y la presión social.

Exploremos más en los efectos psicológicos que impactan en nuestra conservación de las rachas.

FOMO

Es conocido como el miedo a perder algo relevante o valioso, ya sea una tendencia o una conexión social, e impulsa a los usuarios a interactuar constantemente con la app o entre ellos.

Las rachas refuerzan este sentimiento porque romperlas puede interpretarse como "perder el progreso" o quedar fuera de un círculo social.

Este fenómeno podría causar:

  • Una necesidad constante de revisar la aplicación para mantener la racha activa.
  • Ansiedad ante la posibilidad de perder la racha y quedarse "fuera" de lo que otros están haciendo.
  • Sensación de estar desconectado si no se mantiene la interacción diaria.

Aversión a la pérdida

Se refiere a que las personas sienten más intensamente el dolor de perder algo que la alegría de ganarlo. En el caso de las rachas, los usuarios sienten que perder una racha es un retroceso tangible, incluso si no hay una recompensa real al mantenerla.

Efecto Zeigarnik

Este efecto describe nuestra tendencia a recordar más fácilmente las tareas incompletas o interrumpidas. Una racha activa puede sentirse como un compromiso sin cumplir, lo que motiva a los usuarios a regresar y completarla. (Por esto te viene a la mente como una preocupación, como cuando sales y crees que dejaste el grifo de agua abierto).

Condicionamiento operante

Las rachas son una forma de refuerzo positivo intermitente, donde los usuarios reciben recompensas psicológicas o sociales (como reconocimiento o satisfacción personal) por comportamientos repetidos.

Este tipo de refuerzo es altamente efectivo para crear hábitos y hacer que el comportamiento se vuelva automático.

Principio de Cialdini

Las personas tienen una tendencia natural a actuar de manera consistente con sus acciones previas para evitar la disonancia cognitiva. Si un usuario ha mantenido una racha durante semanas, romperla significaría "traicionar" ese esfuerzo, lo que puede generar malestar emocional para sí mismo.

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Dinámicas como los "rewind" o "wrapped" al final de cada año también funcionan como motivadores para aumentar tu actividad anual en aplicaciones.
Spotify Wrapped 2024, vía It's Nice That
Spotify Wrapped 2024, vía It's Nice That

El caso Duolingo

En una charla publicada por TED hace un año, Luis Von Ahn, fundador de Duolingo mencionó que su compañía utiliza las técnicas que mantienen vivas a las apps de redes sociales y videojuegos para hacer que el aprendizaje también sea adictivo.

Para Duolingo, las rachas son la mejor manera de estar motivados, así que trabajan con dos dimensiones principales: tu propia racha y racha entre amigos, lo que hace que el compromiso aumente su nivel. Lo mismo pasa con la forma en como manejan las notificaciones y el seguimiento de los logros por periodos de tiempo determinados.

Como comentan en su blog oficial, cada meta personal –como aprender un nuevo idioma– requiere desarrollar un hábito consistente, lo que puede relacionarse a las rachas. Cuando ya no te emociona extenderla, entran en contacto con la "aversión a la pérdida", aquella que nos hace especialmente reacios a perder algo.

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A mediados de 2024, cerca de 8 millones de usuarios de Duolingo tenían una racha mayor a 365 días, lo equivalente a un año. Y sí, amamos dar este ejemplo.

Rachas sociales, caso Snapchat y TikTok

Snapchat ha sido una de las redes sociales que más ha capitalizado las rachas y otros modelos de gamificación. Al igual que lo vemos ahora en TikTok, al interactuar luego de varios días con un amigo, inicia un contador que motiva a cada una de las partes a enviar al menos un mensaje cada 24 horas.

Historial de conversaciones con rachas en Snapchat.

C. Van Essen y J. Van Ouytsel investigaron las rachas en Snapchat con detalle en el 2023, buscando entender cómo afectan el uso problemático de los smartphones y la sensación de Fear of Missing Out (FOMO) en adolescentes jóvenes.

El estudio revela que aquellos adolescentes que dedican mucha atención a mantener sus rachas son más propensos a desarrollar un uso problemático de su smartphone. Este esfuerzo constante crea un ciclo de dependencia que lleva a su uso excesivo.

Por su parte, en “Why did we lose our snapchat streak?” (en español: "¿Por qué perdimos nuestra racha de Snapchat?") los autores exploran el rol de la metacomunicación en las relaciones que se crean en el contexto de las rachas, basándose en distintas etapas:

Iniciar una racha

Las invitaciones a comenzar una racha pueden ser personales o a través de una comunicación abierta (como en historias). Curiosamente, no todos quieren participar en estas dinámicas. Algunos suelen preferir rechazarlas para evitar malentendidos o conflictos. Qué inteligente, ¿no?

Mantener una racha

Muchas veces, las imágenes o el contenido que se envía entre los participantes de una racha no es relevante, y su único propósito es mantener la racha. En Snapchat, estas fotos son enviadas a un grupo entero de personas con las que se mantiene el juego, por la que no es nada personal.

Perder una racha

La parte más dolorosa. Según la investigación, los adolescentes suelen advertir a sus amigos si saben que no podrán seguir con la racha, por razones como ir de vacaciones a lugares sin buen internet. Con esto, buscan advertir y reducir el impacto de su pérdida.

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Algunos, incluso, deciden compartir sus contraseñas para evitar perder los días acumulados.

A menudo, estas mismas personas se sienten obligadas a dar explicaciones para hacer control de daños luego de la pérdida. Para estos escenarios, las apps suelen ofrecer la posibilidad de restaurar la racha para revertir el game over.

Algunas personas tienen miedo a las alturas. A otras les inquietan las arañas. Sin embargo, para muchos adolescentes de hoy en día, un temor mayor es perder una racha en Snapchat. Annie Zhang

Desde finales de 2024, TikTok ha evolucionado su estrategia de rachas al introducir un concepto que va más allá de la simple acumulación de días. Ahora, presenta un personaje virtual que crece y se desarrolla cada vez que dos usuarios comparten contenido.

Esto no solo fomenta la interacción, sino que también apela a la emocionalidad de los usuarios porque, siendo sinceros, nadie quiere ser el responsable de la muerte de un personaje tan tierno y cercano.

En lugar de ver las rachas como simples números, los usuarios ahora pueden observar cómo su personaje –al que han dado nombre– crece y evoluciona cada día. Este cambio no solo refuerza el compromiso, sino que también incrementa la dependencia emocional hacia la plataforma.

Mascota de rachas de TikTok, vía The Tab.

Rachas: el presente y el futuro

Los desarrolladores de apps han conseguido una mina de oro en el compromiso que demostramos por las rachas, al entender que podían capturar mayor tiempo de nuestra atención con refuerzos al comportamiento.

Llevándolo al mundo físico, ¿se imaginan que un restaurant logre que dos personas visiten sus espacios todos los días solo para no romper una costumbre? Por donde lo veas, es una estrategia que, bien aplicada, hace que las proyecciones de cualquiera vayan en aumento.

Estas no son solo creadas para los usuarios que se dedican a scrollear durante horas, sino que también se llevan a los creadores para que cada vez sean más constantes en la generación de contenido, impactando a todo el ecosistema.

Un asunto generacional

Se podría pensar que la mayoría de las personas que se preocupan por rachas y las mantienen vivas, son personas pertenecientes a las generaciones más jovenes, por lo que este tipo de sistemas e incentivos ya forma parte de su imaginario.

Como evidencian algunas investigaciones, factores como la gratificación instantánea, el papel del FOMO y la necesidad del reconocimiento social podrían dar fuerza a esta idea; sin embargo, el diseño de funciones adictivas nos ha demostrado con el tiempo que, independientemente de la edad, cualquier usuario expuesto a estos estímulos puede verse impulsado por el comportamiento repetitivo y sus recompensas.

La clave es la socialización

Incluso en las apps, sabemos que si tenemos compañía todo resulta mucho mejor, y es que nadie quiere vivir una experiencia solitaria de la que no pueda hablar con confianza en el mundo real. Nos encanta compartir y asumir retos colectivos, más si tienen un componente de entretenimiento.

Somos seres gregarios acostumbrados a la vida en comunidad, dentro y fuera de las pantallas. Por motivos como este, las rachas han tenido un amplio éxito, y la gamificación cada vez tomará un rol más importante en nuestra relación con la tecnología. Veamos con emoción, curiosidad y pensamiento crítico el futuro que se nos viene.

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